FASCEITIS PLANTAR

La fasceitis plantar o dolor en el talón es una condición muy común que afecta a personas de todas las edades.
Este dolor es causado por la inflamación de la fascia plantar que es un tejido muy fuerte que conecta al talón con la base de los dedos y ayuda a mantener el arco del pie.

El síntoma más frecuente es dolor en el talón, el cual se presenta con mayor intensidad por la mañana al levantarse de la cama o al pararse después de haber estado sentado por períodos prolongados.

Algunos pacientes lo refieren como si se hubieran enterrado un clavo en el talón y otros como ardor.

Estos síntomas pueden presentarse por semanas o meses y ciertas condiciones pueden agravar el dolor, incluyendo sobrepeso, estar de pie por períodos prolongados, largas caminatas o cambios bruscos en las actividades deportivas.


Es importante acudir con el cirujano ortopedista ya que la fasceitis plantar no es la única causa de dolor en el talón.
Otras causas pueden ser: atrapamiento de algún nervio, fractura por estrés del calcáneo, bursitis, algunas otras enfermedades inflamatorias como artritis reumatoide o gota.

El tratamiento está dirigido a disminuir la inflamación y proteger al talón e incluye el uso de medicamentos anti-inflamatorios, hielo, férulas nocturnas, plantillas, acojinamiento en el talón, ejercicios de estiramiento y calzado apropiado.

Esto aliviará los síntomas en la mayoría de los pacientes, sin embargo, en algunos casos crónicos se deben tomar otras medidas terapéuticas como botas de yeso.
El uso de inyecciones o cirugía es raramente necesario y en ocasiones pueden empeorar los síntomas.

Algunos casos pueden tardar hasta un año para aliviar los síntomas.
Esto hace importante la relación médico-paciente y no desesperarse y abandonar el tratamiento, probablemente tome tiempo, pero se mejorará
 

GANGLIONES

Los gangliones son pequeñas tumoraciones benignas que aparecen más frecuentemente en el dorso del pie, aunque también pueden formarse alrededor del tobillo.
Se forman por la degeneración de los tejidos que cubren las articulaciones y/o los tendones.
Estos se van llenando de un líquido espeso y gelatinoso lo cual hace que se vayan inflando.
Los gangliones por si mismos no duelen, a menos que afecten algún nervio.
Por lo general las molestias son provocadas por la compresión del calzado sobre la tumoración.
A pesar de la naturaleza benigna de los gangliones, se recomienda acudir al médico ortopedista para descartar cualquier otro tipo de lesión.

El tratamiento inicial es conservador, indicando al paciente que use calzado más amplio, ya que en algunos casos el ganglión desaparece por si solo.
En algunos otros casos, el ganglión persiste y deben tomarse otras medidas.
La aspiración del ganglión es un buen tratamiento para quitar las molestias rápidamente, pero se sabe que la recurrencia usando este tipo de tratamiento es alta (hasta 70%).

El mejor tratamiento que se conoce actualmente es la excisión quirúrgica, desgraciadamente aún con este tratamiento puede haber recurrencia, aunque en un porcentaje mucho menor.
Como en otros padecimientos, la cirugía es recomendada sólo en pacientes en los que el dolor y las molestias interfieren con las actividades diarias
 

NEUROMA

Cualquier irritación en los nervios puede causar que éstos se inflamen.
Esta condición se conoce como neuroma y puede presentarse en cualquier parte del cuerpo.

El caminar y el uso de calzado muy apretado pueden desarrollar neuromas muy dolorosos en los pies.
El más conocido de ellos es el Neuroma de Morton y se localiza en la planta del pie entre el tercer y cuarto dedo.
Aquí, uno de los nervios de los dedos se inflama y se pellizca entre las articulaciones de los dedos y el zapato, produciendo dolor al paciente que puede ser muy intenso.
En algunos pacientes esta condición es pasajera, durando sólo unos días; pero en otros, puede presentarse por semanas y hasta meses, obligando de esta manera al paciente a cambiar sus actividades diarias.

Los neuromas pueden además presentarse en otras partes del pie como resultado de lesión de los nervios de la piel.

Cambios en el calzado, el uso de protectores y férulas y reposo pueden ayudar en el tratamiento de los neuromas.
El médico ortopedista puede recomendar el uso de medicamentos anti-inflamatorios o inyecciones en circunstancias especiales.
Si los síntomas persisten, la cirugía puede ser necesaria para liberar o remover el nervio afectado. 

 

 

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